lunes, 23 de mayo de 2016

Atrapado en la capital

En el sur al igual que en Argentina el acto de “matear” es una acción social. Para mí, el mate, es un hábito que he conservado desde mi emigración a Santiago y sin embargo debido mi condición de arrendatario independiente la parte de “acción social queda omitida”.
Salí a la calle con un mate con la hierba puesta y el agua hervida en un termo y lo deje en un transitado paradero de Vicuña Mackenna. Esperando la ansiada conversación típica del acto de “matear” pero la indiferencia de los transeúntes fue evidente.
Por esencia el ser humano es un ente social, pero que se ha esmerado en negar su naturaleza sensitiva.
Nos hemos esforzado por escapar de esa ruta que trazábamos en búsqueda de la sensibilidad yéndonos por un camino yo caótico, motivado por placeres superfluos.
Santiago es para mí una ciudad del desencuentro, la capital del nuevo centro del vacío existencial. Que se deja guiar por el pseudo-raciocinio eludiendo la sensibilidad y la afectividad que es característica del ser humano.
Edgar Morin sostiene “La ciencia del hombre no tiene fundamento” y en eso no discrepo, pues se sustenta en argumentos razónales cuando  la verdadera naturaleza del hombre es que un ser emocional, cuyo real potencialidad del pensamiento va más allá de lo entendible, la llamada  paradoja de lo uno y lo múltiple, se deja en evidencia en el hecho de que pensamos y sentimos.
Debemos aceptar esa doble facultad, debemos pensar y sentir y apreciar nuestras habilidades sensitivas, nuestra naturaleza estética.
Quizás cuando eso pase, podre salir a las calles de la capital y compartir un mate con desconocidos mientras esperamos la micro.

Una pizca de casa

(Santiago de Chile, 14 de abril de 2016. En la noche a las 21.30 aproximadamente, en el terraza de un departamento en Vicuña Mackenna con Santa Isabel. La lluvia se transforma en temporal)

Llegué de la Universidad y empecé inmediatamente a preparar mis cosas,  para mi viaje de más rato. Termine mucho antes de lo planeado y como es eventual, sentí la necesidad de comer algo. Herví agua para preparar mate, uno de los pocos hábitos que aún conservo de mi antigua vida en el sur.
Mientras “mateaba” comencé a notar con mayor intensidad el sonido de la lluvia, que resonaba en la pequeña terraza de mi habitación.  No pude evitar sentir una nostalgia a ese sonido que es constante y característico de mi sur.
Me asome a la terraza y contemple la lluvia. Matizaba con cierta gracia los edificios y aunque la ciudad claramente seguía siendo la capital, me sentí transportado por el aquel sonido de las gotas cayendo y chocando con todo a su alrededor, por aquel olor a humedad y ese sensación de frió que produce cierto temblor en los huesos.
Sentí el calor del mate en mi mano y me esforcé por oler su aroma sumado al de la humedad y el aire.
Fue como volver al sur por un instante.

Año II: Declaración de principios.

Vivimos en un mundo de códigos y signos que estimulan nuestra memoria, evocan emociones y sensaciones constantemente.

Es que el ser humano por esencia es un ser sensible. Que piensa, que siente, que existe.

No cabe duda que las emociones, sensaciones y sentimientos son intangibles, pero eso no implica que no estén constantemente en nuestra vida.  Como tampoco cabe duda que muchas cosas pueden estimular nuestro pensamiento, ya sea un color, un aroma, una imagen o un sonido y así infinitas opciones físicas.

Yo no puedo olvidar.Hace un año deje de sentir.

Te invitó a leer con mis ojos, ojos que no solo planean interpretar las palabras si no sentirlas, recrearlas y así transportarte a otro plano. Pues en este viaje de experiencias estéticas que pude experimentar en capital, me transporto a lugares que no esperaba. Pude revivir viejas emociones y recrear antiguas sensaciones. -pude sentir!!!-

Gracias a que rompí los esquemas pre-establecidos de la racionalidad y empecé a guiarme por la emocionalidad, a que abrí mis sentidos a lo que el mundo tenía para ofrecerme, pude dejar de sentirme como un prisionero de la capital y me sentí como un sureño en casa. 

Ah, y también es porque me gusta alguien. Pero enserio.Igual eso es otra historia.